La tetera hirvió al fin, un sonido de loza y un exquisito olor a café y crema. El departamento de Cristina estaba ubicado en apoquindo en un doceavo piso, el papel decomural con relieve invadía todas las habitaciones, la alfombra felpuda color beige combinaba perfectamente con sillones y cortinas. En el sofá descansaba un perezoso gato que dejaba su estomago a manos de ese joven, mientras el perro le mostraba los dientes, pero esto no perturbaba el sueño del minino: -Aparte de pederasta, zoofilico, ¿eh?- Cristina soltó una carcajada -Ni en bromas, nadie quiere con tu pulgoso gato-El joven hizo una mueca de asco fingido y rió. En eso Cristina sirvio el café espumoso, y en una pequeña mamadera que guardaba de la infancia vertió un poco de leche. En el otro sillón había un pequeño bulto cubierto por una frazada verde botella, su respiración era queda y suave. -Pobre niño...-musito el joven- ¿que diablos fue lo que paso? -Se llama Vicente-dijo Cristina sin prestar mayor atención al comentario de el- Y tu? -¡Oh! disculpa que mal educado-soltó el café y se limpio el bigote de crema que le había quedado-Mi nombre es Francisco y esta pequeña bestia es Killer-Rió- que nombre ¿no? Cristina lo miro y rió con el: -Si, inspira...no se... temor, en cualquier momento nos come. El pequeño killer era un cachorro de no mas de 8 meses, un labrador retriver color amarillo, ahora le hacia el quite al gato que se encontraba extendido en la alfombra, y olfateaba el bultito que había en el sillón, de repente la frazada se movió y killer dio un paso atrás asustado chocando con la mesa:
-Todo un asesino, ¿no te parece?-agrego Cristina al tiempo que se paraba a ver al bebe. Su carita sonrosada se asomaba, era bien nutrido con unos cuantos cabellos castaño claro que jugaban en su frente, sus ojos eran profundamente miel y aunque solo los había visto por un par de segundos esa tarde, quedo impactada, sus labios eran color carmesí y de entre ellos se asomaban un par de pequeños dientecillos superiores, tenia unas pestañas hermosas que parecían rozar el cielo. Ese niño debía rondar el año y algo mas.
-Vicente...- dijo con tono dulce y maternal mientras con su dedo índice dibujaba en el rostro del pequeño-Anda, levántate, te pareces a Ninfa en lo dormilón- la gata exclamó un maullido entrecortado como diciendo "esa soy yo". -Déjalo ya-dijo Francisco- yo fuera el no despertaría mas, después de ese susto... -Uhm...- agrego Cristina, en realidad no escuchaba a Francisco, solo idolatraba la belleza de aquella criatura. Fue a la cocina a buscar el biberón, pues ya predecía el despertar del niño, apenas se alejo un poco mas de Vicente este comenzó a hacer sonidos de berrinche, Francisco lo tomo en brazos meciéndolo de un lado a otro con mas nerviosismo que sutileza: -Descuida pequeño, ya viene la comidita, Killer comenzó a molestar a Ninfa creando un ruido considerable en la riña-Ah! carajo, cállate killer!- Ninfa se engrifo por que el cachorro insistía con hostigarla, Vicente comenzó a llorar por el ruido y de un momento a otro el living se transformo en un caos lleno de contaminación acústica. Cristina volvió de la cocina con el biberón en la mano, traía una expresión divertida: -Ok Francisco, dame al pequeño y encárgate de tu "asesino" que esta hostigando a mi pequeña. Francisco no alcanzo a reaccionar cuando Cristina ya tenía al pequeño bebiendo de la mamadera, ella le guiño el ojo y sonrió. Vicente se bebió todo y cayo en un sueño profundo otra vez, Cristina le acomodo el sofá a francisco mientras Ninfa protestaba su lugar con maullidos incesantes: -Calla pequeña, hoy dormirás conmigo-pero la gata caso omiso hacia- Mañana iremos a la comisaría a dejar constancia de lo que ocurrió, no tengo ánimos de estar enfrentando juicios por secuestro-Francisco rió, estaba cansado, para el también había sido un día largo, pero ya había acabado, de vuelta a la normalidad... o al menos eso creían de momento |