Mis fantasias en papel

 

 

 
sábado, 25 de agosto de 2007
V
-¿Y…?-fue la palabra que interrumpió el denso ambiente- ¿Qué hacemos ahora colega?
-Pues, llévame a mi casa por favor, estoy algo cansado y shockeado por las imágenes del día-respondió el con tono afligido.
-y que haremos con Vicente?
-¿Mi hermana estará feliz de recibirlo
-¿en serio?- dijo Cristina con tono defraudado. Habría esperado llevarse al pequeño con ella, después de todo en ese corto tiempo se había encariñado con el.
-Ajám, pues veras, mi hermana hace mucho tiempo que quiere un hijo y yo un sobrino, pero no puede ya que quedo infértil después de una adolescencia turbulenta llena de vicios.
-¡vaya! Tendré más cuidado con lo que bebo y fumo entonces…
-si quieres una familia será mejor que si- respondió al tiempo que Killer le mordisqueaba el pantalón- oh! Pequeño, había olvidado que estabas aquí.
Ya habían tomado pajaritos, ahora pasaban la escuela de investigaciones que relucía sus brillantes vidrios al sol:
-Oh! Cuanto tiempo sin venir-comento Cristina mirando como habían cambiado esos sectores. La luz del semáforo dio rojo, ella freno y a su lado un vehiculo que venia a toda velocidad lo hizo también con cierta dificultad dejando los neumáticos marcados en el asfalto, a su vez otro auto que venia atrás del primero no alcanzo a parar y le pego un topón. El conductor del primer auto salio exaltado mientras gritaba en una jerga poco entendible a su vez el hombre que manejaba el segundo auto salio también dispuesto a atacar a aquel que lo retaba. Comenzaron a dirigirse insultos, luego a empujarse y terminaron revolcándose por toda la calle. En eso unos de esos buses nuevos se estrellaba contra un paradero lleno de gente por el bandejon central, los que iban dentro de aquella micro golpeaba los vidrios de manera colérica, cuando salieron al fin chocaban unos con otros, se dirigían todos a la calle donde aun se golpeaban los sujetos de los autos. El semáforo dio verde, Cristina quiso avanzar, una mujer regordeta se lo impidió, por la otra pista venia un camión de carga pesada tocando la bocina a la gente que obstruía su camino, estas ni siquiera levantaron la vista, el camión no alcanzo a frenar, mujer regordeta golpeando capo, Vicente llorando, Francisco atónito, Cristina pensando, caos en 30 segundos:
-Al diablo con los cabrones- se dijo al fin y en una maniobra arriesgada viro a la izquierda, paso por encima de varios cadáveres o cuerpos agonizantes llevándose a la mujer regordeta por delante, piso el acelerador a fondo para sacarla del parabrisas y freno en seco de nuevo:
-Pero que carajos…!-Cristina estaba blanca como el papel, sus ojos mas grandes de lo normal y su boca abierta de par en par.

Estaban en el paradero 7, ahí mismo estaba ubicado el Mc Donald, hubiese sido una escena típica: Los niños entrando con sus padres, otros saliendo felices, pero en ese día nada podía ser típico o normal claramente.
Los autos estaban unos sobre otros, salía humo de sus capos, los paraderos estaban abollados, los buses fuera de sus pistas y debajo de ellos uno que otro desafortunado. El Mc Donald tenia los vidrios quebrados y dentro la gente saqueaba las hamburguesas, actuaban en masa, sin identidad propia, todos miraban a la nada .Esa imagen parecía ficticia, salida de alguna película de terror.
Había en particular una pequeña adolescente que le llamo la atención, era alta, blonda y de ojos azules, ¿o verdes?, da igual, el punto es que eran claros. Estaba sentada sobre la base que sostenía la gran “M” en los cielos, vestía su uniforme escolar, en sus manos tenia una de las siempre adorada por los infantes: “Cajita Feliz”, de ella saco un muñequito de la promoción que estaba vigente por esos días, era una figura de un ogro verde obeso. Le apretaba un botón que tenia en la espalda y este muñequito pronunciaba una de sus frases programadas. Cada vez que la figurita hablaba, la niña hacia una mueca, algo así como una sonrisa que no lo era. En eso estaba la joven cuando un hombre ya entrado en edad se acerco y sentó junto a ella. El tipo parecía de 50 años o tal vez mas, tenias unas entradas prominentes y el pelo blanco en sectores específicos, era de mediana estatura, tenia la típica barriga cervecera que tapaba con un chaleco de rombos.
El hombre miraba atentamente a la adolescente mientras esta ejecutaba la misma acción de presionar el botón de la espalda del muñequito verde.
La niña alcanzo a hacer hablar al ogro 3 veces más antes que el hombre de chaleco de rombos se lo quitara, la niña quedo con la mano tomando la nada por un momento más hasta que atino a que su muñequito ya no estaba ahí. El hombre en tanto había aprendido la técnica y ahora el quien jugaba con la figurita. La niña lo miro por un momento mas y en seguida vocifero algo que solo ella entendió. Acto seguido, le arrebato lo que le pertenecía y de nuevo apareció una mueca en su cara, el hombre en tanto le pego un empujón, la niña se tambaleo, pero por ningún motivo dejaba al pequeño ogro escapar. El tipo la abofeteo con fuerza dejándole la palma marcada en el rostro jovial; ella lo mira y le devolvió la bofetada tal vez con la misma fuerza y con la misma falta de expresión. El le planto un golpe seco en la nariz y hasta Cristina pudo sentir el crujido de fractura, ahora la joven sangraba y de a poco se le inflamaba la parte media de la cara. Dejo el pequeño muñequito dentro de su “Cajita Feliz”, lo miro para cerciorarse de que no se movería de ahí, se agacho para dejarlo en algún rinconcito seguro y en una fracción de segundo volvió a su posición dando un salto para arremeter con vigor juvenil contra el hombre de chaleco con rombos, del solo empujón el tipo cayo hacia atrás, ahora la adolescente estaba sobre el y le azotaba la cabeza en el piso. Seguía sangrando y había manchado todo su uniforme de rojo. El hombre se la trato de quitar de encima en vano, la chica había sacado fuerzas impresionantes de la nada; Le tenia las manos sobre la boca y la nariz, le impedía respirar, El tipo parecía aletear en su desesperación y de un momento a otro sus brazos cayeron bruscamente al suelo. La niña lo soltó, se paro y fue a buscar su muñequito que seguía donde lo había dejado, sano y salvo, lo saco de la cajita y volvió a su actual rutina.
Cristina estaba boquiabierta, había sido una escena bastante perturbadora. Estaba a unos 20 metros de la joven, Cristina se acerco de a poco, Francisco iba detrás de ella, Vicente en sus brazos y Killer quedo en el auto. Cuando ya estuvo al lado de la adolescente puso sentir emanar de esta un olor intenso, pero agradable que sobresalía de entre el hedor a sangre que aun brotaba de su nariz. La niña no prestaba mayor atención a la presencia de Cristina, de hecho no tomaba en cuenta su alrededor, en ese momento solo importaba su pequeño juguete parlanchín:
-¿Hola?-Pronuncio Cristina al tiempo que Francisco llegaba junto a ella
-¡Que diablos haces!-mascullo entre dientes
-Lo que cualquier persona normal haría… ¡ayudar!-respondió ella en el mismo tono confidente
-pero esto no es normal, mírala… esta fuera de si, ¡tu debes estar loca!
-¿y?, soy feliz así-contesto mientras le daba la espalda, sin lugar a dudas la locura era un tema delicado para Cristina.
-niña… ¿me oyes?- la adolescente no respondió. Cristina le pasó la palma por frente de la vista a ver si así reaccionaba, pero como era de esperar la niña ni se inmuto. La zarandeo un poco y nada, quiso comprobar algo que venia pensando hace un rato Comenzó a acercar su dedo índice a la protuberante inflamación que tenia la pequeña en la nariz:
-¡para!- le dijo secamente Francisco mientras le tomaba el brazo- le harás daño
-solo quiero comprobar algo, afrontare cualquier consecuencia que traiga este acto, ¿de acuerdo?- y se quito de encima la mano de Francisco-ahora si me permites…
Se arremango su chaleco gris con rayas que tanto le gustaba y de nuevo estiro su dedo índice. Francisco dejo a Vicente en el suelo para poder detener a Cristina, pero cuando se volvió hacia ella vio que ya había ejecutado su cometido y ahora presiona una y otra vez contra la nariz de la joven:
-¿Qué mierd…?-estaba atónito, la niña seguía como si nada con su ogro verde.
-¿Lo vez?-Cristina esbozaba una sonrisa y su mirada expresaba un “te lo dije”- inmunidad al dolor, esto comprueba mi teoría de que es totalmente sicológico.
-Wow…- es inconcientemente Francisco estiro su dedo para embutirlo en la masa de piel inflamada.
En eso Vicente caminaba tambaleante y risueño, se movía en reducidos círculos hasta que noto al pequeño monito verde panzón .En su cara se dibujo una expresión de deseo infantil común, se acerco a la niña y se afirmo de las rodillas de esta, soltó una risita avergonzada y divertida, estiro su manito y tomo un pie del muñequito, pero la adolescente no cedía. Vicente frunció el ceño y replico algo en jerigonza tierna. Reitero con más fuerza su acto, ahora logro mover algo mas el muñequito, en ese instante la joven despego la vista del juguete y la fijo en Vicente. Francisco y Cristina cesaron con sus dedos y estudiaron atentos. La niña miraba al pequeño con expresión desafiante mientras este seguía tirando del pie del ogro. La adolescente lo libero al fin y Vicente esbozo una gran sonrisa cuando tuvo por completo la figura, y rió aun más cuando lo hizo hablar. La joven lo seguía mirando con los parpados caídos y una mueca malévola, en tanto el sentido común de Cristina le dicto tomar el muñequito, cuando se lo quito Vicente se echo a llorar, Francisco lo tomo y lo comenzó a mecer:
-¿Por qué lo hiciste?-pregunto el mientras trataba de apaciguar la rabieta del pequeño.
Cristina no respondió, estudiaba el comportamiento de la joven que ahora había fijado la vista en la mano que sostenía la figura. De principio estiro su palma hacia Cristina como pidiéndole por favor le devolviera lo que le pertenecía, pero como era de esperar la curiosidad de la primera no se lo permitió. La adolescente se paro, ahora Cristina se encontraba de lleno con su mirada en las pupilas de esta niña…Hubo un momento de “silencio” (entre comillas porque el llanto de Vicente no cesaba aun) que Cristina perturbo al presionar el botón de la espalda del ogro en un acto que no pudo controlar, este reitero una de sus cuantas frases. Al ser pronunciado esa oración por el ogro la adolescente cambio su modalidad de “pasiva” a “agresiva” y se lanzo sobre Cristina con el ánimo de quitarle su muñequito. Le tiro las manos primero, siguió arañándole la cara en un acto desenfrenado. Cristina parecía estropajo en manos de esa quinceañera que ahora parecía una camionera de 40:
-Oh demonios…- era lo único que lograba decir Francisco mientras miraba la escena perplejo. Como Cristina noto que ese hombre no haría nada trato de mantener la cabeza fría y aumentar sus niveles de tolerancia al dolor, cerró sus ojos y se sumergió en su burbuja mental. Mientras su agresora encolerizada la zamarreaba, arañaba y hasta mordía:
“¿Cómo llegue a esto?¿que fue lo que paso?¿quien soy?¿quien es ella?¿que es lo que quiero?¿que es lo que quiere? Busca el factor común…factor común…factor…”
Ahí estaba en su mano izquierda el pequeño juguete, intento sacar fuerzas de su mente para levantar su brazo, cuando lo hizo la niña ceso con sus agresiones y miro el muñequito que ahí se alzaba. Cristina tomo impulso y lo arrojo lo mas lejos que pudo, la niña la miro una vez mas, dio media vuelta y se fue por su figura:
-¡Uff!...-suspiro mientras se arreglaba y ordenaba su pelo-gracias por tu ayuda “colega”-le puso énfasis sarcástico a la palabra colega.
Francisco solo la miraba, las palabras no lograban salir de su boca, ella dio media vuelta y se adelanto hacia el auto:
-¡Muévete quieres!, esa hija de su madre me ha dejado un tanto resentida, quiero llegar a tu casa y servirme un café bien cargado para sentir que aun vivo-¡Andando!-replico mientras caminaba con cierta dificultad.
-Esta tipa no es humana-susurro para si Francisco admirando la fortaleza de Cristina. Vicente en tanto aun sollozaba, pero ceso rápidamente-y todo empezó por tu culpa enano curioso- dijo mientras trataba de alcanzar a Cristina entre toda esa densa masa de gente que poco a poco se disipaba.
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2 Comments:
  • At 25 de noviembre de 2007, 8:04, Blogger Danilo said…

    me encanta lo que escribes :)

    grasias por todo el apoyo ke me das..aun no se si lo haces indiferentemente o si realmnte te preokupas por mi =º...bueno, de todos modos te lo agredesco..a pesar de ke me ignoras i todo ese rollo :)

    kuidate camila ancleta de las mercedz cacatúa :)

    como dices tu...

    Taum^^

     
  • At 8 de diciembre de 2007, 11:40, Blogger Ayreon said…

    ese es el pokemon? xD

     
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lunes, 20 de agosto de 2007
IV
Ya eran las 3:21 de la tarde, iban camino a la comisaría mas cercana en el auto de Cristina modelo peugeot:
-Y tu Francisco, ¿Dónde vives?- pregunto con tono curioso.
-En Maipú, cerca del paradero 8 de pajaritos- respondió el con tono ido.
-¿De veras?, yo viví ahí parte de mi infancia, era muy tranquilo.¿sigue igual?
-Pues algo… digo no tanto como antes, pero se intenta mantener el orden.
-¿Vives solo?- pregunto al tiempo que viraba por una de las avenidas.
-No, vivo con mi hermana.
-¿Y que hacías en salvador tan lejos de tu casa?
-Que curiosa eres- replico con acento tal vez fastidiado.
-Lo lamento- contesto Cristina un tanto avergonzada.

De repente un peatón cruzaba por donde no debía, Cristina apretó fuerte el freno para evitar una tragedia mientras tocaba la bocina:
-Carajo- dijo con tono rabia y susto- cada imbecil que camina hoy en día.

El hombre llevaba en su mano una bolsa de esa renombrado lugar de comida rápida “Mc Donalds”, estaba bien arreglado, se veía de buena clase. El tipo no se movía de en medio de la calle, Cristina toco una vez mas la bocina:
-Que diablos- agrego Francisco desde el asiento trasero.
-No lo se, este cabron no se quiere mover-replico ella.

Repentinamente el hombre fijo la vista en el auto, tenia esa mirada turbia que Cristina bien conocía, no reflejaba expresión :
-Mira Francisco, ¿no te recuerda a alguien esa mirada?- dijo con tono misterioso.
-¿A que te refieres?-contesto escéptico Francisco.
-Pues, mira bien…-el dialogo se interrumpió en seco el hombre del paquete de Mc Donalds comenzó a dar golpes incesantes al pequeño deportivo de Cristina:
-Oh cielos…-Cristina trato de salir de su estado de perplejidad y en una maniobra le hizo el quite a aquel hombre que ahora parecía zombie. Por suerte no venia nadie por la derecha, paso por al lado del tipo y este a su vez le lanzo su bolsa de Mc Donalds que tenía dentro una hamburguesa doble queso:
-Joder, ¡soy vegetariana!- dijo Cristina volviendo en si con su habitual tono juguetón. Por poco pierde la calma:
-Gracias al cielo que Vicente tiene el sueño pesado, sino sus chillidos no cesarían-agrego Francisco con una sonrisa.
-Hay algo extraño en el ambiente, todo huele mas denso de lo normal- el tono profundo inundo esta frase.
-Cristina, creo que has visto muchas películas de terror o los libros de Stephen King te tienen sugestionada – ahogo una risita- lo que es yo, siento el aire como siempre, rico en smog.No te urjas era solo un tipo cansado que buscaba con quien descargarse.
-Pero…- enseguida ahogo sus palabras, no había caso de explicarle sus razonamientos a oídos tercos- olvídalo…


Al fin llegaron a la comisaría, ya eran las 3:57 horas, Vicente seguía en sus sueños, Francisco en la estratosfera y Cristina buscaba a alguien que la ayudara:
-¿Qué quiere?- pregunto una oficial con tono tosco desde el final del pasillo, Cristina se acerco.
-Asistencia…-respondió sin poder terminar la frase.
-Es evidente que viene por asistencia, mas especifica por favor- ataco la oficial.
-Bueno, mire tenemos a un pequeño que fue abandonado y…
-¿Dónde lo encontró?- interrumpió la policía.
-Verá, no lo encontramos, de hecho es una larga historia…
-¿Dónde lo encontró?- replico mas fuerte la mujer- yo no estoy aquí para escuchar historias largas y fantasiosas.
Cristina tenía ganas de abofetearla y Francisco no atinaba a nada, solo miraba la facha de la policía: Tenia el pelo amarrado en una cola oculto bajo su gorra, sus labios eran tan rojos que la hacían ver más pálida aun, era ancha de espalda y de piernas largas, llevaba su uniforme reglamentario y unos zapatos de tacón cuadrado. Todo como habría esperado que fuera, solo había algo que le incomodaba de su apariencia, pero no sabia bien que era:
-Bueno…-prosiguió Cristina tratando de mantener la calma- ¿y se podría saber para que esta usted?
-Es una pregunta bastante innecesaria y estupida- contesto la mujer apretando los dientes- Pues para servir, ¿Qué mas?
-Pues no nos esta sirviendo- estallo Francisco al fin.
La mirada de la oficial se volvió sombría, fúnebre, opaca. Algo definitivamente iría mal. La mujer saco en un acto casi mecánico su arma de servicio y sin apuntar ni meditar mayormente apretó el gatillo. Francisco logro esquivar el tiro no por la gran agilidad que lo caracterizara, sino porque Cristina lo jalo hacia ella y ahora lo conducía casi a rastras a la salida. Atrás se escuchaban aun los disparos y al fin el ruido concluyo, Francisco no se quiso imaginar que paso aunque fuera evidente. Cuando al fin salieron Cristina paro en seco:
-¡Oh demonios!- profirió con mezcla asombro, sorpresa y asco- pobre cristiano…
Casi a los pies de ella estaba el desgraciado mortal que fue alcanzado por la bala, sus rastros de vida habían desaparecido completamente, había muerto con un aspecto tan deplorable, la bala alcanzo su cabeza quedando completamente desfigurado:
-¡Vamos ya!- Ahora era Francisco quien tiraba a Cristina, mientras con su otro brazo sujetaba a Vicente quien había despertado con todo el ruido, pero gracias al cielo no entendía mayormente.

-¡Oh mi Dios!- era la única frase que lograba articular Cristina mientras estaba rigida frente al volante de su auto.
-Definitivamente algo anda mal, muy mal- continuo Francisco.
-¡Oh mi Dios!- repetía Cristina.
-¿Estas bien?- pregunto con tono preocupado.
-¡Oh mi Dios!- insistió ella, pero ahora esbozaba una pequeña sonrisa.
-¿Me estas jodiendo?- dijo un tanto cabreado Francisco.
-¡Oh mi Dios, casi mancha mis botas Pollini ese pobre hombre- y soltó una risa apagada.
-¿Tu no te tomas nada en serio?-decía Francisco mientras mecía a Vicente.
-Si, me tomo las cosas en serio, solo que no quiero procesarlas para mantener la cabeza fría y saber que diablos es lo que pasa… Viejo truco de sicología.
-Ahm…-susurro mirando a la nada, algo muy feo se estaba engendrando y en cualquier momento estallaría.
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  • At 21 de agosto de 2007, 16:09, Blogger Amanda~Pajarandina said…

    BUeno po amiwi, qué quieres que te diga.OSea no sabremos hablar, pero sabemos hacer otras cosas ;D
    Pero sabes qué?, están demasiado cortos los capítulos, ojalá pudieses extenderte un poco... la accion se pasa muy rápido, y no entendí xq xuxa la paca les disparó de la naa en su recinto laboral D:
    X ultimo me los llevo pal patio y me loos cago alla a alos woenes xD
    deberian procesarla a la pacaQ xD
    Tú y tus volás de sicología wm D:
    Algún día me enseñarás todas las cosas de sicología que sabes.. me da paja leerlo de un libro xD.
    Ya weom... eso, osea, trata de que los momentos tensos se alarguen más... preicsamente para darle más emozzion al cuentito :P.
    Quiero que sea jueves pa' que vayamos a esa cosa de literatura del liceo *0*
    es que yo kero puro ir, en serio...
    YA fea xD
    Fea......te keda bien el calipso xDD!
    Esas fotos nos van a seguir el resto de nuestras vidas wm xDD!!
    Y las grabaciones en general del cel de la dnai xD!

    YA eso.. xomu, deob escribir en mi blog ke ta ma botao el pobre D:

    Te quiero wm... muxo
    Kisses
    BAy^^!

    ··Paxii··


    Pd: lo de te kiero muxo sonó tan lelo xD

     
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martes, 14 de agosto de 2007
III
Eran las 8 de la mañana cuando el reloj de Cristina sonó; había tenido una horrible pesadilla: El mundo vivía una crisis de estrés y la mente de todo aquel que hubiese sido sometido a presión era rebajada a su punto mínimo; la insensatez y locura se tomaba la mente forzada y los llevaba a cometer los crímenes mas horrendos, a mitad del sueño aparecía la pareja progenitora del niño que ahora albergaba en su casa, aparecían con las ropas rasgadas y teñidas de sangre, sin expresión alguna.
En fin había sido solo una pesadilla, una tonta pesadilla. Se levanto y Ninfa con ella, el pequeño Vicente estaba aun acostado en la cama .Lo miro, se convenció de que estaba bien y partió al baño, su pelo cobrizo alborotado se posaba sobre su frente, sus ojos profundamente pardos se veían cansado .Abrió la llave y el agua salio helada de principio, se cepillo los dientes y se preparo para tomar una ducha, se metió a esa lluvia intermitente de agua tibia:
-deja que el agua enjuague tus problemas-le había dicho alguna vez una amiga.
Todavía pensaba en la mañana anterior, en como la mirada de la joven pareja se volvió inexpresiva sin vida y como se habían ido sin siquiera acordarse de su hijo, era como si algún cablecillo cerebral hubiese hecho un corte.
Cuando salio de la ducha se sentía más fresca, mas tranquila…Abrió la puerta del baño que daba a su habitación, dejo la toalla que llevaba en el pelo colgada en el closet y busco a la pequeña protuberancia que debía haber estado en su cama…Pero para mala fortuna no estaba:
-Dios mío…-susurro, su presión disminuyo y sintió como el color se le iba del rostro-Vicente…- dijo esperando en vano que respondiera, busco entre las sabanas y no encontró rastro alguno del pequeño, se asomo por el balcón y tampoco lo encontró ahí (por suerte tal vez)… Fue al living y Francisco tampoco estaba:
-Carajo donde esta cuando lo necesito- casi cae al borde del mal de madre cuando sintió unas risas de la cocina. Fue lentamente y miro por el espacio que se hacia entre la puerta y el marco, ahí estaba Francisco riendo mientras alzaba en el aire al pequeño bultito que también reía:
-¡Como se te ocurre hacer algo así!-grito Cristina y por poco Francisco suelta al niño del susto- casi me da un ataque buscando al pequeño.
-Cristina…lo siento, pero lo sentí llorar y como tu estabas ocupada bañándote decidí alimentarlo…- la expresión de Francisco era de preocupación, como si el huracán Cristina fuera a arrasar con todo.
-Pero por ultimo me avisas-
-intente, pero creo que el sonido del agua no te dejo oír y tampoco t quise molestar- respondió titubeante.
-mas me molestas haciendo este tipo de cosas que casi me llevan al borde de la histeria.
-Ya, calma…ya paso, aquí esta el pequeñín sano y salvo-en eso Vicente rió y Francisco fijo la vista en Cristina:
-¿Qué… que miras?-Replico ella con tono autoritario.
-Pues…-Francisco se sonrojo levemente- que bella figura tienes mujer…

Cristina atónita, con todos los enredos y sustos había olvidado vestirse y solo llevaba sobre si una toalla blanca que cubría su dorso y sobre ella su pelo ondulado estilando:
-demonios, ¡que pervertido!- dijo mitad irónica, mitad avergonzada-Cualquiera pagaría por verme así, yo que tu me sentiría afortunado- rió
-ni lo dudes, ya siento que puedo morir en paz, ¿no Vicente? – el pequeño se sonrió y agito sus manitos.
- que niño mas precoz- mascullo Cristina- bueno, dejo de hacer show, debo cambiarme, nos espera un largo día… y no se equivocaba.
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jueves, 9 de agosto de 2007
II
La tetera hirvió al fin, un sonido de loza y un exquisito olor a café y crema.
El departamento de Cristina estaba ubicado en apoquindo en un doceavo piso, el papel decomural con relieve invadía todas las habitaciones, la alfombra felpuda color beige combinaba perfectamente con sillones y cortinas. En el sofá descansaba un perezoso gato que dejaba su estomago a manos de ese joven, mientras el perro le mostraba los dientes, pero esto no perturbaba el sueño del minino:
-Aparte de pederasta, zoofilico, ¿eh?- Cristina soltó una carcajada
-Ni en bromas, nadie quiere con tu pulgoso gato-El joven hizo una mueca de asco fingido y rió.
En eso Cristina sirvio el café espumoso, y en una pequeña mamadera que guardaba de la infancia vertió un poco de leche.
En el otro sillón había un pequeño bulto cubierto por una frazada verde botella, su respiración era queda y suave.
-Pobre niño...-musito el joven- ¿que diablos fue lo que paso?
-Se llama Vicente-dijo Cristina sin prestar mayor atención al comentario de el- Y tu?
-¡Oh! disculpa que mal educado-soltó el café y se limpio el bigote de crema que le había quedado-Mi nombre es Francisco y esta pequeña bestia es Killer-Rió- que nombre ¿no?
Cristina lo miro y rió con el:
-Si, inspira...no se... temor, en cualquier momento nos come.
El pequeño killer era un cachorro de no mas de 8 meses, un labrador retriver color amarillo, ahora le hacia el quite al gato que se encontraba extendido en la alfombra, y olfateaba el bultito que había en el sillón, de repente la frazada se movió y killer dio un paso atrás asustado chocando con la mesa:

-Todo un asesino, ¿no te parece?-agrego Cristina al tiempo que se paraba a ver al bebe. Su carita sonrosada se asomaba, era bien nutrido con unos cuantos cabellos castaño claro que jugaban en su frente, sus ojos eran profundamente miel y aunque solo los había visto por un par de segundos esa tarde, quedo impactada, sus labios eran color carmesí y de entre ellos se asomaban un par de pequeños dientecillos superiores, tenia unas pestañas hermosas que parecían rozar el cielo. Ese niño debía rondar el año y algo mas.

-Vicente...- dijo con tono dulce y maternal mientras con su dedo índice dibujaba en el rostro del pequeño-Anda, levántate, te pareces a Ninfa en lo dormilón- la gata exclamó un maullido entrecortado como diciendo "esa soy yo".
-Déjalo ya-dijo Francisco- yo fuera el no despertaría mas, después de ese susto...
-Uhm...- agrego Cristina, en realidad no escuchaba a Francisco, solo idolatraba la belleza de aquella criatura.
Fue a la cocina a buscar el biberón, pues ya predecía el despertar del niño, apenas se alejo un poco mas de Vicente este comenzó a hacer sonidos de berrinche, Francisco lo tomo en brazos meciéndolo de un lado a otro con mas nerviosismo que sutileza:
-Descuida pequeño, ya viene la comidita, Killer comenzó a molestar a Ninfa creando un ruido considerable en la riña-Ah! carajo, cállate killer!- Ninfa se engrifo por que el cachorro insistía con hostigarla, Vicente comenzó a llorar por el ruido y de un momento a otro el living se transformo en un caos lleno de contaminación acústica. Cristina volvió de la cocina con el biberón en la mano, traía una expresión divertida:
-Ok Francisco, dame al pequeño y encárgate de tu "asesino" que esta hostigando a mi pequeña.
Francisco no alcanzo a reaccionar cuando Cristina ya tenía al pequeño bebiendo de la mamadera, ella le guiño el ojo y sonrió.
Vicente se bebió todo y cayo en un sueño profundo otra vez, Cristina le acomodo el sofá a francisco mientras Ninfa protestaba su lugar con maullidos incesantes:
-Calla pequeña, hoy dormirás conmigo-pero la gata caso omiso hacia- Mañana iremos a la comisaría a dejar constancia de lo que ocurrió, no tengo ánimos de estar enfrentando juicios por secuestro-Francisco rió, estaba cansado, para el también había sido un día largo, pero ya había acabado, de vuelta a la normalidad... o al menos eso creían de momento
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martes, 7 de agosto de 2007
I
Un frío día de invierno. Las nubes acechantes rozaban agosto. El IPC por el cielo, tres cebollas rondaban los $1000 aproximadamente, la próxima semana la bencina subiría una vez mas. El país planeaba firmar un TLC con Australia, lo que significaba menos productos para la localidad y para colmo los sueldos igual.
Nada de eso parecía perturbar el viaje de Cristina, caminaba con ese paso raudo y a la vez imperturbable que caracteriza a la ciudad. Acababa de pasar por el edificio telefónica y ahora se encontraba en la plaza Salvador recibiendo el rocío del agua juguetona que saltaba desde la fuente.
Su manto de soledad la acompañaba. A los 23 años titulándose de la carrera sociología y sin pareja estable, no porque le faltasen, era una persona agradable a la vista una mujer inteligente y carismática, visionaria y afable. No tenia malas costumbres, simplemente nunca necesito de nadie. Tuvo experiencias (como no) pero se aburría fácilmente:

-Yo creo que tú eres muy autosuficiente, por eso no necesitas de nadie-

Eso le habían dicho en algún momento... Tal vez tenían toda la razón o simplemente tal vez no.
Ese era el pensamiento que invadía su mente. Decidió sentarse, habían sido unos días agotadores, y esa mañana más que nunca: Terminando la tesis, investigando por aquí, trabajando "part time" por allá. Uff, bien merecido ese pequeño descanso-
Respiro el aire olor a smog y ajetreo, miro a su alrededor, un joven jugaba con su perro, una pareja paseaba a su niño, unas escolares reían de la vida, a su espalda los autos pasaban incansables.
Era una cosa inevitable, como socióloga casi titulada no podía evitar observar metódicamente cada comportamiento humano en sociedad y sus respectivas falencias. Su primera victima en ser observada fue el joven que le lanzaba la pelota a su perro, noto en su expresión desgaste sicológico y en la manera que lanzaba la pelota un poco de stress -Todo normal- pensó. Después se fijo en la pareja con su pequeño, eran jóvenes que recién indagaban en el ámbito familiar propio. Se veían agotados: unas ojeras surgían de las cuencas de ella, el en tanto tenia el pelo alborotado y sujetaba fuertemente la mano de su hijo -Amor fraternal posesivo- Dedujo Cristina. Lo que mas le llamo la atención fue el hecho de que la pareja no se miraba, el hijo era su único puente de comunicación. Tal vez así mismo era su relación, precaria sostenida solo por el pequeño fruto.
Derrepente la joven mujer asomo de su cartera una lata de Coca-Cola, la abrió y se la extendió a su hijo quien la tomo y se la acerco a la boca con ese gesto de glotonería característico de los infantes. Mas allá las escolares seguían su trayecto, al parecer escuchaban música, o tal vez era un manos libres lo que se asomaba desde su oído, lo que fuera parecía funcionar, pues no se veían desgastadas, ni mucho menos estresadas, tal vez la adolescencia lo sabia disimular muy bien.
De un momento a otro el llanto inconsolable del pequeño anteriormente mencionado lleno el parque. Cristina se dio vuelta para ver que acaecía :El niño se había roto la parte superior del labio con la lata de bebida. Ahora su padre lo tenia en brazos presionando contra la llaga de la cual emanaba un hilito de sangre mientras le gritaba de manera colérica a su esposa:
-¿¡Tu eres imbécil !?, ¡ como no prevees el daño...!
-Pero...yo...- La detuvo en seco.
-¡Pero nada!, eres una idiota, siempre lo mismo, nada haces bien, ¡estoy harto de ti!
-¿Ah si?, pues vete, las puertas son bien anchas.
-Me iré, pero no solo, Vicente se va conmigo.
-¡No, al niño no te lo llevas!
-¿Y crees que lo dejare contigo? ¡Seria un cómplice de su homicidio!
-¡Cállate bastardo blasfemo!
En ese momento comenzaron un forcejeo con el pequeño, lo tiraban de acá para allá .La gente se percato de esto, pero nadie hizo nada, al parecer sus actividades eran mas importantes.
El niño comenzó a llorar por segunda vez, pero ahora su llanto denotaba temor, y pues claro su padre estaba rojo de ira y los ojos parecían salirse de sus orbitas, en tanto la madre mostraba su dentadura y las uñas se le veían mas afiladas de lo normal. El llanto del niño se convirtió en chillidos mientras sus padres se lo peleaban como si fuera una presa apetitosa. Entonces Cristina y El Joven del Perro corrieron hasta el lugar donde estaba la pareja:

-¡Paren!, ¡¿Que hacen?!, parecen cavernícolas- Entonces el joven tomo al niño y lo jalo con fuerza librándolo de su prisión de ira y gritos.
-Cálmense, respiren hondo y ¡explíquenme en que carajo pensaban!-Dijo Cristina conteniendo la histeria y las ganas de golpearlos.

La mirada de la pareja perdió brillo, era opaca y fúnebre, no había expresión dibujada en sus rostros, miraban a un punto infinito de la nada:

-¡Me han escuchado!-Insistió Cristina

Entonces la pareja se dio media vuelta con un gesto indiferente, fuera de si y se marcharon en direcciones opuestas cada uno, como olvidando cualquier vínculo que hubiese existido entre ellos y para colmo: Olvidando a su hijo.
Después que el joven del perro salio de su estado anonadado se dio cuenta del bulto que cargaba en sus brazos. Ya se había quedado dormido y su temple se veía calmo de nuevo:

-¡Hey! su hijo, su hi...jo-Y las palabras se apagaron, no había caso, para que entregarles tan indefensa criatura a ese par de trogloditas. Cristina lo miraba con expresión divertida:

-Así que te has robado un niño, te podría acusar de pedófilo ¿sabes?-Y ahogo una risita burlona.
La personalidad de Cristina siempre se caracterizo por no mostrarse sorprendida ante ningún caso por mas extremo que fuera, era del pensamiento "si se quema una casa en algún momento se apagara".

-No es el mejor momento para bromear.... Casi parten al pobre crío en dos y tú...
-Me llamo Cristina, mucho gusto-Interrumpió ella mientras le extendía la mano.
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Se llama: ...ImportaRealmente?
vive en: santiarock \m/, Chile
Ella es: Soñadora empedernida de coloridos recursos. Amante de la vida en general. Responsable consigo misma. Apasionada por lo que le gusta. De intensa entrega y fácil, pero esquivo amar. De paciente enseñanza. Solidaria con sus conocimientos. Selectiva con quienes le rodean. Leal con sus amistades de verdad. Desconfiada, como un jorobado. Gozadora de simplezas. Admiradora de lo superior. Idealizadora de la realidad. Sintetizadora de sueños. Coleccionadora de sonrisas y gratos momentos. Observadora de cuando en vez. Perceptiva siempre, solo que no lo demuestra. Egoísta con sus sensaciones intrínsecas. Odiosa a medio tiempo. Afanada por la lectura, las artes circenses, la fotografía, los debates y la escritura. Carente de talento natural para los números y la memoria. Con una seguridad precozmente cultivada. Agradecida de todo y todos, de otra forma no sería quién es ahora. Le llaman Camila a veces.
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