Mis fantasias en papel

 

 

 
jueves, 7 de febrero de 2008
VII
Yacía temblorosa Sofía en uno de los sillones del living, sentada frente a ella estaba cristina. Francisco en la cocina sirviendo te. Vicente durmiendo en la pieza de Sofía.
Nadie articulaba ningún sonido, ninguna palabra se atrevía a corromper el denso ambiente. La joven estaba rígida con una expresión de dolor mirando el suelo, como cuestionándolo. Los espasmos no cesaban. Cuando cristina quiso hablar se dio cuenta que no podía, las imágenes estaban frescas en su mente y no paraban de proyectarse una tras otra:
-¿Qué fue lo que paso?- Sofía a penas modulaba, pero cristina hizo el máximo esfuerzo por entenderle.
-¿a que te refieres?- respondió con extrema dulzura para calmar el cuerpo tembloroso de la joven que ya comenzaba a inquietarle.
-¿Qué paso? Todo estaba tan normal…- ya comenzaba a levantar la vista de a poco y a hacer sus palabras mas entendibles- y de repente de la nada…- quiso seguir pero el llanto torrencial se lo impidió. Cristina solo la miraba, no quería interferir en sus reacciones. En eso salio francisco de la cocina, traía en una bandeja un par de tazas con te y un pocillo con galletas, al ver a su hermana deshacerse en llanto aro y miro a cristina, la interrogaba con la mirada, ella le hizo un gesto de “no sé que mierda le ocurre”, ese gesto que típico que consiste en poner las palmas vueltas hacia el cielo, levantar los hombros y estirar la cara. Francisco dejo la bandeja en una mesita de centro que ahí había, se acerco a su hermana y se inclino sobre ella, atándola en un abrazo. Después de un minuto los sollozos cesaron, francisco se aparto lentamente de ella, secándole las mejillas con sus dedos, y se sentó en el sofá junto a cristina, quien miraba a Sofía expectante, añoraba escuchar lo que tenia que contar:
-¿ya estas mejor, chiquita?- pregunto francisco con el típico tono de hermano menor preocupado
-si, no te preocupes…- la voz de Sofía parecía repuesta y del todo clara
- entonces… ¿nos podrías contar que fue lo que paso?- la impertinencia de cristina pareció incomodar a francisco que tocio muy exageradamente y le lanzo una mirada fría que no pareció inmutar a la joven.
-si… comprendo tu curiosidad, querida. Te lo contare con lujo de detalle- la mujer sonrió levemente, cristina le correspondió la sonrisa con algo de acidez pues el énfasis sarcástico que Sofía le puso a la palabra “querida” le molesto. – arpía…- se dijo para si misma, sabia que desde que había visto a su hermano con ella la había detestado “celos de hermana, que novedad”, pero no se hacia mayor problema, en su mente rondaban situaciones más importantes:
- Bueno… como decía- tomó aliento, miró cariñosamente a su hermano y apenas se fijo en cristina, su mano aun temblaba y la mueca de desesperación no se borraba del todo- me sorprendió mucho que no llegaras anoche, hermano, pero como estabas lejos se lo atribuí a la falta de locomoción y no me preocupe mayormente por que creí te quedarías en casa de la prima Andrea…, pero por lo que veo no fue así…- lanzó una mirada a cristina, francisco hizo un ademán de contestarle, pero la primera lo persuadió de no hacerlo, no quería interrupciones, sabia que en el relato de Sofía algo tendría que haber, algún indicio -“una puta respuesta”- pensó.
La joven tosió y continúo su relato:
-en fin, me acosté con algo de inquietud, pero finalmente el sueño es mas fuerte- meneo la cabeza y rió tímidamente- la noche se me paso volando, tuve un sueño que me despertó
- de que trataba el sueño- interrumpió Cristina-
-pues no recuerdo bien…- calló y la mirada se torno triste- han pasado tantas cosas…
- aparte ¿que importa?, es solo un simple sueño- agregó francisco
-por favor, un mínimo esfuerzo es todo lo que pido. Insistió ella
-uhm… veamos, era como una cúpula de color rojo, las paredes tenían una textura elástica, y visto desde afuera era como un globo lleno de helio a punto de reventar. Dentro las “partículas de helio” comenzaron a agitarse, yo me sentía como una de ellas, con la diferencia que no me agitaba, éramos pocos los que nos quedábamos en nuestro lugar. Todo era bastante confuso y abstracto, la verdad. En un momento dado la agitación y la presión acabo por destruir la cúpula/globo y todos los que estábamos ahí dentro salimos libres en la desorientación de descubrir otro mundo. Unos se perdieron, otros perduraron y sirvieron para rellenar otro globo, quizás… que cosas tan tontas se pasan por mi mente, pero que va, sueño al fin y al cabo, ningún alcance con la realidad, ¿no?
- en lo absoluto linda- contesto francisco casi por inercia- continua por favor…
-a claro- prosiguió mientras a cristina le seguía invadiendo el tema del sueño, pues ella había soñado algo bastante peculiar esa noche recién pasada, quiso tomarlo por coincidencia y dejando de lado sus interrogantes siguió escuchando- …entonces desperté, me duche y te fui a ver a la pieza con la esperanza de que hubieras llegado, pero tu cama seguía intacta. Suspiré y pensé que seguías donde la prima, quizás te había invitado a tomar desayuno… en fin, me dispuse a hacer las cosas de la casa- hizo una pausa para tomar su taza de té, como tenia la mano temblorosa chorreo un poco, pero a nadie le importo mayormente- tendí la ropa, tome mi desayuno, vi algo de televisión mientras aseaba las piezas. Cuando terminé me senté en el sillón, te llame a tu celular, pero sonó aquí… me resigné y comencé a barrer las hojas secas de la vereda- tomó un sorbo de su humeante té- en eso estaba cuando un amable joven me dice: “hola Sofi”, lo miré extrañada, no reconocía ese rostro, al percatarse de esto el hombre me reveló… era joven, un antiguo compañero, cuantos años que no lo veía. La alegría me inundo en ese momento- todo esto lo dijo sin mayor expresión – lo invite a pasar, conversamos bastante, le serví té y me di cuenta que no tenia hecho el almuerzo, así que lo invite a la cocina, hablábamos de cuando íbamos al colegio mientras yo picaba un repollo…- la mirada de Sofía se empañó- ¡ay francisco! ¡¿Por qué?! Dime por que- ya comenzaba con su llanto compulsivo, francisco se acerco a consolarla, cristina seguía tomándose su te, proyectaba profunda tranquilidad mientras en su interior cavilaba, ya se podía imagina el desenlace de la historia, pero prefería aguardar a escuchar la versión oficial:
-no es necesario que sigas pequeña, puedes ir a descansar- decía francisco mientras le extendía una servilleta
-no, lindo… quiero desahogarme, algo raro esta pasando y quiero que ustedes lo sepan- respondió ella entre sollozos y suspiros
-pero no te sobre exijas, ¿quieres?-
-ya…ya…como decía, estaba picando el repollo cuando Javier me pidió mas te, pero grande fue mi sorpresa cuando descubrí que se habían acabado las bolsitas. Recordé que había llegado fin de mes y las compras debían ser hechas…- un largo suspiro la interrumpió- Entonces le explique esto a él… pero no se lo tomo como esperaba. Comenzó a alzar de a poco la voz, la cara se le puso roja, boto la taza en un acto colérico y se lanzo sobre mi con intenciones malignas… me lo quite de encima como pude y corrí en un acto de idiotez al sótano, quedando acorralada en el, Javier me siguió y me ataco, tuvimos un forcejeo prolongado, pero yo ya comenzaba a flaquear, entonces me derrumbo caí en seco al suelo y de los bolsillos del delantal de cocina salio volando el cuchillo con el cual había estado picando el repollo unos cuantos minutos antes. Cayo cerca mío, lo quise tomar, pero mi opresor se abalanzaba sobre mi, rodeaba mi cuello y comenzaba a presionar con mas fuerza cada vez- se llevo la mano al cuello como si sintiera la presión aun- entonces solo vi una salida: estire mi brazo en dirección al cuchillo, lo roce con los dedos, el aire me faltaba y la fuerza se me agotaba, hice mi ultimo esfuerzo y logre tomarlo. Lo eleve y temblorosa lo clave en la espalda de él, ese ya no era mi antiguo amigo, ese era un desconocidos que debía morir.
Al parecer no percibía el dolor, pues solo aflojo un poco pero no lanzo ningún grito…- dicho esto cristina miro a francisco con expresión burlesca, rato atrás le había mostrado la inmunidad al dolor de esos “seres”. Sofía prosiguió casi sin aliento- entonces yo seguí atacándolo, estocada tras estocada. Un ataque de ira me asalto pues el bastardo no parecía sentir… cuando cayo hacia atrás al fin aun balbuceaba, entonces ya cegada por la histeria arremetí con cuchillo en mano sobre su cabeza, oí el crujir del cráneo y me devolví a la realidad… saque el arma, vi el cadáver a mis pies, mis ropas ensangrentadas y a ustedes…- exhalo una bien nutrida masa de aire y miro de nuevo a francisco en señal de que su historia estaba concluida. Este último estaba atónito, le sorprendió enormemente que su hermana, su queda hermana, hubiese sido capaz de asesinar a alguien. Al percatarse de esto cristina dijo:
-bueno…, era él o tu, ¿no?- miro a francisco y le sonrió dulcemente
-claro- respondió a secas como incomodada por sus preguntas y cosas de falsa amistad, según ella.
En tanto cristina permanecía imperturbable, con su temple calmo, no le sorprendía para nada el hecho de que en el sótano Sofía fuera tan cercana y cariñosa: “en un ataque de nervios hasta tu peor enemigo es un apoyo” al pensar esto soltó una carcajada, se imagino siendo consolada por esa persona que detestaba. Francisco y Sofía la miraban con extrañeza. El ambiente y todo en general no era para la risa:
-Lo siento… sólo me acorde de algo- dijo con voz entrecortada, en parte por la risa y en parte por la vergüenza-
- en fin- replico francisco con los ojos entornados y un tanto pálido- ya paso y tu estas bien pequeña- se paro y se acercó a su hermana, la abrazó con fuerza y le dio un beso en la mejilla.
Sofía, que aun estaba abrazada de su hermano lanzo una mirada frívola a cristina, ella en tanto que no tenía mucho de lenta decodifico en seguida el mensaje “lárgate perra”. Se paro en el acto del sillón en el que estaba sentada, busco las llaves de su auto y cuando las encontró dijo en voz alta:
-bueno gente, me voy. Francisco volteo hasta encontrarse con su mirada- te pido que cuides bien a Vicente, si no fuera porque tu hermano me dijo que hace tiempo querías un hijo, no lo traigo, pero en fin, tal vez este mejor aquí- sonrió mostrando su blanca dentadura- y tu francisco… nos encontraremos en algún momento, ya sabes donde vivo- le guiñó el ojo, un tanto melancólica, pues sabia que las posibilidades de que lo volviera a ver eran casi nulas- y eso, tengo cosas que hacer… adiós- francisco miraba ahora el piso, al parecer sentía frío ya que tenia las manos en los bolsillos y los brazos pegados al cuerpo:
-cuídate cristina, y claro que nos volveremos a ver- dijo esto con algo de dificultad mientras la hermana le tiraba la ropa para que no alargara mas la cursi despedida- adiós.
La joven se sonrojo levemente, hizo un gesto con la mano y dio media vuelta.
Al cruzar el umbral de la puerta vio que el cielo suya gris, y el clima estaba frío. Se subió a su deportivo y encendió el motor. Puso las manos al volante y pensó cual seria el siguiente paso:
-bueno…irme a casa, supongo. Después de todo, esto fue una simple coincidencia- esta idea le supo a desagrado. Ella nunca creyó en las casualidades, pues el destino propio no las permitía. Aparte ¿Cómo iba a ser coincidencia que de la noche a la mañana todos se chiflaran y mataran entre ellos? Era algo muy difícil, pero en fin- no tengo otro lugar donde ir, aparte Ninfa me debe echar de menos- dijo al fin con una leve sonrisa mientras encendía el aire condicionado y emprendía su marcha.
Salio del pasaje y tomo longitudinal en dirección a Hugo bravo, quería ir por pajaritos. En tanto las calles estaban inundadas de un trágico silencio, todas las “personas” que minutos antes se habrían estado peleando al parecer se aburrieron y se fueron a tomar la siesta. En fin. Esto no asombro a cristina, quien no prestaba mayor atención a su entorno.
Cuando llego a la esquina de Hugo bravo el semáforo la favorecía con verde, ella viró hacia el sur. Todo seguía tan calmo como antes. Ya iba a doblar por pajaritos al poniente cuando una gran sombra se cernió sobre ella, no le presto mayor atención –debe ser un nube- pensó..., pero entonces se dio cuenta que había estado nublado todo el día, eso no podía ser una nube. Quiso averiguar y como no venia nadie paró en el semáforo, salio del auto, y… fue ahí cuando supo de que se trataba. Estaba boquiabierta:
-¡que me lleve el diablo!
posted by ...ImportaRealmente? 14:13  
 
0 Comments:
Publicar un comentario
<< HOME

Ella es
Se llama: ...ImportaRealmente?
vive en: santiarock \m/, Chile
Ella es: Soñadora empedernida de coloridos recursos. Amante de la vida en general. Responsable consigo misma. Apasionada por lo que le gusta. De intensa entrega y fácil, pero esquivo amar. De paciente enseñanza. Solidaria con sus conocimientos. Selectiva con quienes le rodean. Leal con sus amistades de verdad. Desconfiada, como un jorobado. Gozadora de simplezas. Admiradora de lo superior. Idealizadora de la realidad. Sintetizadora de sueños. Coleccionadora de sonrisas y gratos momentos. Observadora de cuando en vez. Perceptiva siempre, solo que no lo demuestra. Egoísta con sus sensaciones intrínsecas. Odiosa a medio tiempo. Afanada por la lectura, las artes circenses, la fotografía, los debates y la escritura. Carente de talento natural para los números y la memoria. Con una seguridad precozmente cultivada. Agradecida de todo y todos, de otra forma no sería quién es ahora. Le llaman Camila a veces.
See my complete profile


Entró antes
VI
V
IV
III
II
I


Vomita palabras malditas
agosto 2007
enero 2008
febrero 2008
enero 2009


Dónde quieres llegar?
TemplatePanic
Blogger


Deberías saber que:
Se prohibe la copia total o parcial de esta obra.
Todos los derechos reservados ® .